Sin duda, el
cine ha conocido tiempos mejores: el auge de las plataformas de streaming y la
pandemia han asestado un duro golpe a todo el sector, que lleva tiempo
experimentando una profunda transformación. Las pequeñas salas independientes
ya están casi extintas, y los dispersivos y abarrotados multicines también
llevan tiempo en la cuneta. El ritual de la visión colectiva necesita nuevos
paradigmas para renacer.
La mercantilización y masificación aplicadas al cine han acabado por alienar a gran parte del público más fiel, que, a regañadientes, tuvo que resignarse a las visiones domésticas, menos sugestivas, pero más respetuosas. Desde hace unos años, incluso los Studios de Hollywood han comenzado a llegar directamente a los consumidores a través de las plataformas digitales. La pandemia hizo el resto, abatiéndose contra los lugares que hacen de la experiencia compartida el corazón de su negocio.
Los números no mienten. A nivel mundial los ingresos de taquilla han pasado de los 42.000 millones de dólares de 2019 a algo más de 16.000 millones en 2020. En España, la bajada ronda el 70%, con una caída de rentabilidad de hasta 171,6 millones de euros. Cineworld, la segunda mayor cadena de Estados Unidos, ha anunciado el cierre de sus 536 salas. AMC, la primera cadena mundial, según The Economist, pronto podría quedarse sin fondos.
No hay duda. El cine como lo conocemos va a cambiar. Para empezar a dibujar lo que va a ser en un futuro debemos dividir el tema en dos secciones: el cine como edificio al que ir a disfrutar de una peli y el cine el mismísimo séptimo arte.
Las salas de cine están condenadas a desaparecer
Las salas de cine, el lugar donde acude el público a consumir el producto cinematográfico, acabarán desapareciendo, aunque en un futuro relativamente inmediato vivirán un pequeño auge. En los próximos años (aproximaciones relativas) las salas de cine empezarán a incorporar nuevas tecnologías (como ya están haciendo algunas salas del mundo) como la experiencia multidimensional (que te permitirá ver en tres dimensiones las películas además de añadir efectos como olores, movimientos y temperaturas), pantallas esféricas (que te permitirán ver una película en 360 grados colocándote en el centro del plano de visión) proyecciones holográficas (que te darán la sensación de realismo en la sala mediante imágenes generadas delante de cada espectador) muchas otras mejoras.
Pero ¿por qué terminarán desapareciendo las salas de cine? Pues muy sencillo: estas mejoras tecnológicas son increíblemente caras y evidentemente hoy en día no todo el mundo puede permitirse instalar una pantalla esférica en el centro de su salón, pero como pasa con cualquier tecnología, ésta evoluciona y se va abaratando, volviéndose cada vez más asequible hasta ser un bien que gente puede permitirse, como pasó en su día con las televisiones, ordenadores, etc.
En un futuro ‘indeterminado’, gozaremos de todas estas infraestructuras de ocio en nuestra propia casa por lo que será tan absurdo e innecesario abandonar el confort de tu casa para ver una película en una sala rodeada de desconocidos que poco a poco las salas de cine caerán en desuso y se extinguirán. Además, otro factor que favorece su extinción son plataformas como Netflix, HBO o Sky, servidores online que ofrecen películas y series de todo tipo, pero que cada vez más, viven estrenos y premieres de películas y series en sus propias entrañas en lugar de hacerse en las salas de cine convencionales.
Por otra parte,
el cine en sí, como arte audiovisual, vivirá grandes transformaciones
Las películas cada vez serán más individualizadas. Gracias a las nuevas técnicas de análisis de mercado y la fácil distribución de contenido por todo el mundo, se producirán cada vez más películas menos estandarizadas.
Sé que parece difícil de entender, así que vamos con un ejemplo: Igual en España no hay mucha
gente que quisiera ver una versión de Sonrisas y Lágrimas en clave de Trap ¿no?
pero en un análisis a nivel global seguramente habría publico suficiente para
llevar a cabo esa producción, con este
ejemplo queremos aclarar que como la demanda cada vez será más variada, cada
vez habrá producción más variada, y no sólo habrá películas de superhéroes, de
terror y de comedia de tópicos (qué parece que es lo único que proyectan en el
cine).
También podremos disfrutar de las películas interactivas en las que tú (siendo o no el protagonista) tomas decisiones sobre cómo se desarrolla la trama mientras la ves. Esto está muy ligado al futuro de los videojuegos, con los que el cine vivirá una simbiosis en ‘unos años’.
Además, como ya hace Netflix que según lo que ves te ofrece un contenido u otro, habrá un análisis constante de las películas que consumes, y mediante esta recopilación de información se producirán más contenidos parecidos para tu propio consumo. Cada vez habrá más productoras de cine y de series, que a su vez producirán contenido más rápido, porque el consumo de éstos será constante, ya que como ya es evidente (y ya está sucediendo) dejaremos de ver/mirar programas o series que no nos interesan (televisión).
Pero nosotros somos, ante todo, amantes del cine. Nos gusta el cine de ayer, de hoy y de mañana. Nos gusta el cine de siempre. Por eso somos cinéfilos.
FRASE DEL DÍA
"Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado" - Stanley Kubrick
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